miércoles, 15 de octubre de 2025

EL ASCENSOR.

                                                          TITULO: EL ASCENSOR.

           

 En el edificio de la calle Mirasol, el ascensor del tercer cuerpo tenía una peculiaridad que nadie lograba explicar. Subía, sí, pero sólo cuando nadie lo observaba. Si alguien lo esperaba, se quedaba inmóvil, como si fingiera ser un mueble más. Los vecinos comenzaron a sospechar que no era un fallo mecánico, sino una especie de pudor metálico.

Don Ernesto, el portero, decía que el ascensor tenía alma. “No le gusta ser visto en movimiento”, murmuraba mientras lustraba los pasamanos. Algunos lo tomaban como una broma, otros como una advertencia. La señora Clara, del quinto piso, juraba que lo había visto subir solo, sin luces, sin ruido, como si flotara.

Un día, Martín, estudiante de arquitectura, decidió investigar. Instaló una cámara oculta frente al ascensor. Durante tres días, no ocurrió nada. En el cuarto, la cámara captó algo: el ascensor se abría, subía lentamente, y al llegar al último piso, se desvanecía. No se detenía. No regresaba. Simplemente desaparecía.

Martín revisó el video una y otra vez. En cada reproducción, el ascensor tomaba una ruta distinta: a veces subía en espiral, otras atravesaba las paredes. Lo más inquietante era que, en una toma, se veía a Martín dentro del ascensor, aunque él aseguraba no haberlo usado.

Desde entonces, nadie volvió a hablar del ascensor. Don Ernesto dejó de lustrar los pasamanos. La señora Clara se mudó. Y Martín… bueno, dicen que aún vive en el edificio, pero nadie lo ha visto salir de su departamento. Aunque, a veces, se escucha el ascensor moverse… cuando nadie lo mira.









miércoles, 17 de septiembre de 2025

Ríos de Indiferencia.

    

  POEMA :  RÍOS DE INDIFERENCIA.

        

    Ojos verdes que no ven,

devorados por ríos de mentira,

mientras la pureza se desangra

en tinta que mancha el alma.


La gente camina hueca,

sonríe con dientes afilados,

y el viento arrastra indiferencia

en cada esquina de esta farsa diaria.


Instagram, altar moderno:

imágenes perfectas, vidas podridas,

rostros vacíos que predican

lo absurdo de existir.


Y yo me hundo en el eco amargo,

en la decepción que se repite,

sabiendo que la vida no es más

que un teatro donde todos

aprendimos a fingir.

jueves, 11 de septiembre de 2025

RÍO INTERMINABLE.

 

 Entre el murmullo de pasos ajenos,


el mundo se siente a la vez cercano y distante.

Cada puerta, un suspiro del pasado;
cada sombra, un secreto que se niega a irse.

Camino entre historias invisibles,
y me pregunto quién ha sentido
el mismo vértigo en estas paredes,
la misma soledad entre la multitud,
el mismo instante detenido entre lo que fue y lo que será.

Los rostros pasan, fugaces,
pero sus sombras me hablan de vidas que no conozco,
de penas que nadie confesó, de risas que se olvidaron,
de lágrimas que la memoria guardó como tesoros.

Siento la fuerza del tiempo sobre mí:
un río que arrastra memorias y esperanzas,
y me pregunto si algún día quedará rastro
de lo que siento, de lo que fui, de lo que aún soy.
Cada paso que doy resuena en la eternidad,
cada silencio me envuelve con su peso y su calma.

Y aquí estoy, pequeña y vasta,
curiosa y asombrada,
sintiendo que mis pensamientos se entrelazan
con todos los que pasaron antes,
y con todos los que aún no llegan.
Mi corazón late con la intensidad del mundo
y con la fragilidad de mi propia historia,
porque aunque todo sigue, todo cambia,
y yo permanezco, contemplando,
guardando un eco de lo que vi y sentí,
un susurro de la vida que corre y se escapa,
que abraza y deja huella,
que hiere y enseña a ser fuerte en la vulnerabilidad.


EL ASCENSOR.

                                                                       TITULO: EL ASCENSOR.                 En el edificio de la calle Miras...